sábado, 28 de marzo de 2009

Llueve en La Mancha


Sábado por la tarde y yo no estoy montado en la bici... Solo la lluvia u otras inclemencias meteorológicas pueden impedir una tarde de pedaleo grato... Y más cuando pensaba estrenar el desviador trasero XT y el eje pedalier recién engrasado... Al mal tiempo buena cara. Además, esta noche se cambia la hora, con lo que a partir de mañana se hace de noche a las ocho...

Más cultura de la vida


De un tiempo a esta parte se está volviendo a plantear un combate ideológico nada baladí. Cuestiones como las de la legalización del aborto de embriones humanos a través del proyecto de anteproyecto de ley o la tan traída y llevada cuestión de la legalización de la asistencia al suicidio son claros ejemplos. Más aún, el éxito mediático de la campaña que ha llevado a cabo la Conferencia Episcopal Española ha supuesto una reaparición de una cuestión esencial.

Son tiempos en los que la regla suprema comienza y termina en el deseo del individuo, lo que genera que el resto de realidades -animales, personas o cosas- o bien terminen siendo un límite a esta libertad individual o bien un instrumento para mi bienestar.

En el primer caso se convierten en una una amenaza, por lo que será legítimo eliminarlas. ¿Acaso no se plantea que para una mujer sería legítimamente moral eliminar a su hijo -dejárselo hacer- si decide no ser madre?
En el segundo caso, es justo y razonable usarlas tal y como me venga en gana...

¿Es así la naturaleza humana? Siento mucho vértigo si en verdad es así.

martes, 24 de marzo de 2009

El lector


La película de Stephen Daldry, también director de Billy Elliot (2000) y Las horas (2002), otras dos películas intensas e interesantes, narra combinando tres épocas de dos biografías de unos personajes peculiares -acaso como todos-. Basasa en la novela homónima de Bernhard Schlink, expone la relación entre Hanna, una revisora del tranvía de Berlín y Michael Berg, un joven estudiante.

La relación en principio se basa en el sexo y en que Michael lee libros a Hanna, cosa que a ella apasiona. No obstante, ella un día desaparece. Unos años después, casi casualmente, se desvela el nudo de la historia, la que hace girar toda la trama: ella trabajó para las SS como guardiana de presas en los campos de concentración. Se desvelan en ese punto una serie de conflictos morales bastante desgarradores:
* ¿Hasta qué punto la ley puede juzgar según qué hechos del pasado, manipulados por la historia reciente?
* ¿Quiénes fueron los verdaderos responsables de las matanzas indiscriminadas?
* ¿Cómo se sentían los reponsables de los campos de exterminio?
* ¿Cómo se sentían las generaciones posteriores alemanas respecto a la pesadilla nazi?


La trama sobre la imposible vuelta atrás, la vergüenza de Hanna por su analfabetismo, el conflicto de vidas que no llegan a resolverse por experiencias sin salida...

La dirección de actores es excelente, destacando el cúmulo de registros que pueden extraerse de Kate Winslet. Diría que su Óscar como mejor intérprete femenina de 2008 está muy merecido. Es una gran actriz.

Ficha.

martes, 17 de marzo de 2009

El archivero de la Lubianka


HOLLAND, Travis; Alianza Editorial, Madrid, 2008, novela, 488 páginas.

Llevaba tiempo queriendo leer algo ambientado en la Unión Soviética. Iba caminando por La Casa del Libro de Alicante y me lo encontré. A continuación me puse a leerlo...
Sucede en 1939, en Moscú. Pavel Dubrov es un profesor purgado por el régimen de Stalin y llevado al archivo de la polícia política (NKDV, posterior KGB), la Gran Lubyanka, en donde se dedica a archivar y llevar al horno crematorio los materiales de escritores perseguidos implacablemente. El encuentro con Isaac Babel y su obra, el reentimiento trufado de desesperanza, la insuperable pérdida de su esposa, la enfermedad de su madre, el encuentro fugaz con una mujer también desgraciada, la mentira oficial de un régimen de terror... Todos estos son los jalones de un libro que narra la vida diaria de un hombre cercenado.

Pavel intenta salvar algo de la belleza que le rodea, pero el aparato es implacable, la II Guerra Mundial acecha, su familia se ha desmoronado... Solo queda enfrentarse a su destino con la mayor de las dignidades.

domingo, 8 de marzo de 2009

Poder de diosas


Según lo que nos ha explicado nuestra querida Ministra de Igualdad, y aprovechando el Día Internacional de la Mujer, hoy las mujeres de España están a punto de recibir un nuevo derecho, un poder que hasta ahora era entendido como un acto delictivo: disponer según su propio criterio de la vida de otro ser humano.

Ella se ríe, y se siente una liberadora de las mujeres. Aunque yo no estoy de acuerdo.



Bilbo Bolsón, tío de Frodo, sintió compasión por Gollum y su desgracia. Yo estoy de acuerdo con Gandalf, el Mago Gris: NADIE tiene derecho a disponer de la vida de nadie. Ese es un poder divino.

Queridas mujeres: bendito el fruto de vuestro vientre.

sábado, 7 de marzo de 2009

Familia (IV): Atomismo social.


Seguimos con aportaciones y perplejidades, en este caso referidos a la familia. Leí esta expresión en Ser Audaces, un blog que suelo seguir. Me llevó a la obra de Charles Taylor, un filósofo canadiense, vivo, caracterizado por tender puentes entre diversas capas del saber.

El caso es que una de sus aportaciones fundamentales al estudio sobre el hombre y al cultura occidental es la del individualismo atomista, como consecuencia del proceso histórico e ideológico.
Expresa que a través de nuestra evolución cultural hemos creado un yo, un individuo, desvinculado de sus tradiciones, reacio a seguir en la senda de su tradición religiosa y cultural. Esto para construir el hombre nuevo, amparado en su afán de hacerse a sí mismo en contraposición con el resto de personas y realidades, que solo serían medio para el propio crecimiento.
Ahí entronca el reinado de los deseos, el sueño de una libertad sin responsabilidades, la concepción de los derechos de los otros como límites a los míos, la no conveniencia de vínculos que trasciendan nuestra conveniencia presente...

De ese modo, se genera una sociedad atomizada, en la que lo sustantivo son los diversos individuos, y los demás y las relaciones con ellos son meros medios de realización. ¿Extraña que hoy fracasen tantos proyectos familiares? ¿Extraña que hoy los pretendidos derechos de unos (la mujer en estados incipientes de gestación) vengan a socavar los derechos de otros (el que anida en su interior) y esto sea el summum de la liberación y del progreso?

Somos hijos de nuestro tiempo, pero creo que debemos trascender en la medida de nuestras posibilidades aquellas aberraciones que quiebran nuestra propia humanidad. Me arriesgo a ser políticamente incorrecto, pero creo que hace falta un vuelco conservador para salvar lo mucho de sano y de santo que hay en nuestras raíces culturales y religiosas. Aunque no todo, pues la historia debe ir hacia delante.

Pero nos hace falta a todos mucha familia verdadera. Que se lo pregunten a la inmensa mayoría de los hijos de relaciones rotas.

viernes, 6 de marzo de 2009

Las cuitas del puente de mando


La nao Santa María avanza. Pero solo reaccionando ante las tempestades. La tripulación anda revuelta, y creo errar cuando se intentan analizar y diferenciar causas separadas de otras. Acaso la desidia y la falta de talento, acaso las innumerables carencias en formas y en confianzas, acaso el estado de inestabilidad familiar y moral en la que crecen muchos de los nuestros... El capitán ignora cómo hacer, porque su poder es limitado por múltiples factores y ocupaciones. Se anda un tanto ahíto en buenas noticias, lo que lima intenciones y energías.

¿Será el viento de levante? ¿La crisis? No sé... Seguimos a la espera de quién o quiénes se ocupen de levantar la moral de la tripulación.

martes, 3 de marzo de 2009

La epístola a Diogneto


El estudio del cristianismo primitivo es una tarea apasionante. En esa frontera uno encuentra elementos esenciales para comprender la cultura occidental y la propia religión cristiana. Uno puede encontrar no solo información sobre el carácter del impacto de una nueva forma de pensar y de hacer que advino en un mundo tardoclásico, un mundo que seguramente habría sido muy diferente de no encontrar una cuña creativa, que abría frentes y señalaba las carencias de lo que hasta entonces era la sociedad, la persona y la historia.

Hay un texto -quizás un tanto hagiográfico- que destaca no solo lo que eran los cristianos de entonces en ese mundo, sino que puede reseñar lo que supone para un cristiano asumir su universo simbólico para hacerse congruente. Se trata de la Epístola a Diogneto.

Aquí puedes pinchar para leer el contenido. De todos modos, transcribo una fragmento muy interesante:

Porque los cristianos no se distinguen del resto de la humanidad ni en la localidad, ni en el habla, ni en las costumbres. Porque no residen en alguna parte en ciudades suyas propias, ni usan una lengua distinta, ni practican alguna clase de vida extraordinaria. Ni tampoco poseen ninguna invención descubierta por la inteligencia o estudio de hombres ingeniosos, ni son maestros de algún dogma humano como son algunos. Pero si bien residen en ciudades de griegos y bárbaros, según ha dispuesto la suene de cada uno, y siguen las costumbres nativas en cuanto a alimento, vestido y otros arreglos de la vida, pese a todo, la constitución de su propia ciudadanía, que ellos nos muestran, es maravillosa (paradójica), y evidentemente desmiente lo que podría esperarse. Residen en sus propios países, pero sólo como transeúntes; comparten lo que les corresponde en todas las cosas como ciudadanos, y soportan todas las opresiones como los forasteros. Todo país extranjero les es patria, y toda patria les es extraña. Se casan como todos los demás hombres y engendran hijos; pero no se desembarazan de su descendencia (abortos). Celebran las comidas en común, pero cada uno tiene su esposa. Se hallan en la carne, y, con todo, no viven según la carne. Su existencia es en la tierra, pero su ciudadanía es en el cielo. Obedecen las leyes establecidas, y sobrepasan las leyes en sus propias vidas. Aman a todos los hombres, y son perseguidos por todos. No se hace caso de ellos, y, pese a todo, se les condena. Se les da muerte, y aun así están revestidos de vida. Piden limosna, y, con todo, hacen ricos a muchos. Se les deshonra, y, pese a todo, son glorificados en su deshonor. Se habla mal de ellos, y aún así son reivindicados. Son escarnecidos, y ellos bendicen; son insultados, y ellos respetan. Al hacer lo bueno son castigados como malhechores; siendo castigados se regocijan, como si con ello se les reavivara. Los judíos hacen guerra contra ellos como extraños, y los griegos los persiguen, y, pese a todo, los que los aborrecen no pueden dar la razón de su hostilidad.


¿No se pueden sacar de aquí muchas conclusiones?

El Hijo del Hombre


Novela histórica, César VIDAL MANZANARES, Punto de Lectura, Madrid, 2008; 410 páginas.

Corre el año 58 después de Cristo. El judío Paulus está a punto de ser linchado por la turba de Jerusalén, acusado de introducir gentiles en el Templo Sagrado. Éste se ampara en su condición de ciudadano romano para librarse de una muerte segura, pero cae preso bajo la autoridad del prefecto para Galilea. Mientras espera en prisión que se resuelva su causa, apremia a Lucano, un colaborador suyo, a que reúna cuantos más datos mejor de la vida y del mensaje de Jesús, un judío ajusticiado por Poncio Pilato en el año 30 y que afirmó ser el Hijo de Dios.

El médico griego, discípulo del propio Paulus, tratará de hablar con los testigos oculares de esta historia, para escribir un texto que pasará a la historia de los libros sagrados y de la literatura universal.

César Vidal aprovecha el tirón de los relatos con raigambre histórica, y recupera el caráter eminentemente narrativo del género literario 'evangelio'. Explicita lo que bien pudiera haber sido el itinerario del autor o autores iniciales de las colecciones de textos que dieron lugar el evangelio según san Lucas, escogido después como uno de los cuatro evangelios canónicos.

El texto viene salpicado de explicaciones de costumbres judaicas, de la sociedad de esa época y lugar, no sin ahorrarnos el esfuerzo de recurrir frecuentemente al glosario del principio para entender aquellas frases que incluyen términos hebreos, ¿acaso las ipssisima verba?

Se lee muy bien, y se nota la devoción del propio autor en primer lugar por el texto sagrado; en segundo lugar por los contenidos historiográficos.