lunes, 31 de mayo de 2010

Hacer cosas


Después de pasar tres días casi completos conviviendo con dos tercios de mis alumnos y los de otra clase del Viejo Rodolfo, en total 25, confieso que estas cosas hacen falta. Hay que darle salsa y retos en principio complicados para obtener recompensas laborales y personales. Es bello experimentar como tras unos meses de clases se van recogiendo algunos frutos. Esto del magisterio es interesante en parte porque deja mucho lugar para la propia innovación. Solo hay que ganarse un poco la confianza y congeniar, para así poder iniciar proyectos que se salgan de lo mínimo exigible, que es bastante paupérrimo.
Por lo que mejoran la calidad del proyecto, estos asuntos deberían estar más incentivados.
Supongo que si las cosas no se tuercen, me llevaré este año un buen sabor de boca. Hoy estoy optimista. Quizá mañana...

Llega el verano


Creo que hoy ha llegado el verano. Sé que astronómicamente faltan unas semanas, pero hoy me he dicho que la parte diferente del año ya está aquí de nuevo. Lo llamo así quizás porque vivo en clave escolar, y ciertamente hay una parte del año en que el ritmo cambia.
Este verano será diferente. Aunque no se anuncian viajes ni grandes epopeyas, quizás por eso lo espero de un modo especial. Supongo que dadas las notas, allá dentro de unos veinticinco días, terminados todos los capítulos y exámenes, tocará cambiar de quehaceres.
El verano en Alicante es ajetreado, con mucha playa, mucho sol, bastante calor, diferente también para los arenalinos, esta especie que se sirve de las comodidades de vivir cara al mar en las restantes estaciones.
Este año será el momento de pasearnos orgullosos de lo que llevamos con nosotros, esperanzados de que la naturaleza haga su labor y vaya haciendo vigoros@ a quien está por venir... Que estará aquí en breve... (menuda ilusión nos hace)

Supongo que habrá que tirar de lo auténtico, es decir, de las pequeñas cosas, las que hacen las vidas especiales. Qué razón tiene Daniel Diges y su cancioncilla de Eurovisión.

martes, 25 de mayo de 2010

Los forzados de la carretera


En pleno desarrollo del Giro de Italia, justo cuando se ha celebrado el I Trofeo Ajo y Agua de MTB, he podido pasar unos ratos breves pero muy agradables leyendo un librito que recoge las crónicas de Albert Londres, por lo visto un periodista famoso del primer tercio del siglo XX, sobre el Tour de Francia de 1924. Publicado por Melusina, Barcelona, 2009.
No dejan de ser articulitos escritos para una columna diaria en la sección de deportes del diario Le Petit Parisien, pero evocan la gesta de La Grande Bouclée, la carrera sobre bicicletas más famosa del mundo.
Eran otros tiempos, porque entonces el asfalto pertenecía al reino del futuro, y para comprobar alguna diferencia con el ciclismo de ahora, los ciclistas no podían ser atendidos en carrera, por lo que tenían que arreglarse ellos mismos sus averías y tenían que llevar toda la ropa consigo. Por otro lado, las etapas nunca tenían menos de 350 kilómetros, y salían en plena noche a rodar como locos. Se perdían, hacían trampas, eran aclamados y criticados...
Supongo que para quienes amamos este deporte de locos, de aventureros, de sufridores, evocar estas desventuras no hacen sino que deseemos una vez más sacar de paseo a nuestra compañera de sufrimientos y de inmensas alegrías, la que se coge con tantas ganas como se deja.

viernes, 14 de mayo de 2010

No huele nada bien


Suelo estar pendiente de lo que sucede en la política, y la verdad, estoy cada vez más inquieto. Las cosas se están poniendo feas, y nuestro gobierno se nos presenta profundamente incapaz de enderezar las cosas. Ni sabe, ni quiere. A regañadientes se pone a obedecer lo que otros le han obligado a hacer -las caras del banco azul el miércoles eran todo un poema, y no creo que sean tan buenos actores-, e incluso cuando lo que de verdad les interesa -las encuestas- se tuerce, parece que el tiempo de rodríguez Zapatero está cerca del fin... O no, que con la España de los últimos años nunca se sabe. Todo puede empeorar... y ¿qué podemos hacer nosotros?

Creatividad


Confieso que en este caso admiro profundamente esta cualidad humana, quizás porque carezco en gran medida de ella. Pero quizás también porque estoy persuadido de que es la creatividad la capacidad más sorprendente de las que tiene el ser humano. Uno echa un vistazo al arte y se queda pasmado, soprendido, mudo. También en la historia de la ciencia hay elementos sorprendentes. Pero también en un programa de monólogos, en la forma de vestirse, en la forma de comunicarse, en cómo se solucionan los problemas. Me maravilla encontrar una obra que al principio no era nada, y que a través de la acción queda compuesta de un modo tremendamente armónico, de tal modo que parece que no podría haber sido de otro modo. Además, creo que solo a través de la creatividad se abren nuevas vías para la vida de los hombres. Creo que con la creatividad el hombre se parece de algún modo misterioso al propio Dios, y que contemplar y desarrollar lo que nace de la creatividad de los hombres es adentrarse en el misterio del cosmos. Creo que si la creatividad sigue viva, hay esperanza. No la sofoques nunca, dale ánimos.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Celda 211


Tremenda. Con eso se dice mucho. Una película de género, el thriller carcelario, que representa lo mejor del cine español. Ficha de la película.
No ahorra dureza, y los personajes son buenos buenos. En especial el líder de la revuelta, el tal Malamadre, interpretado magistralmente por Luis Tosar y su voz aguardentosa.
No quiero despellejar el argumento, por lo que mi comentario se refiere a su factura y a la impresión que me ha causado. La acción está muy bien trabada, nada de lentitud, pero con el tiempo suficiente para poderse recrear en la evolución de los personajes, algo que hace especial la película.
He visto pocas películas de presos. Ahora solo me acuerdo de Con Air, una americanada en toda regla, espectacular y llena de tópicos resultones, pero esta es muy buena, aunque es un género que no suelo frecuentar. Muestra pinceladas de lo que se cuece dentro de las prisiones, del submundo que se crea, del lado oscuro de la condición humana, que no por ignorado y recluido deja de existir. Esa claustrofobia, ese saberse encerrado con lo peor de lo peor, pero que no por ello deja de ser completamente humano, es lo que más me ha impresionado. Luego los giros del propio argumento, que sorprende hasta el final.
Daniel Monzón ha hecho un gran trabajo. Por una vez celebro que se llevara el porrón de Goyas que visto lo visto merece mucho más que Amenábar y su Ágora -y toda su pasta-.
Supongo que es una cinta que debe estar en toda buena colección de cine español contemporáneo...

martes, 11 de mayo de 2010

El final de los tiempos (I). El Dolor

ESPARZA, José Javier, El final de los tiempos (I). El Dolor, Áltera, Barcelona, 2004, 340 páginas.
En esta novela se describe un mundo futuro antiutópico. Recuerda el mundo feliz de Huxley y el 1984 de Orwell.
En Cosmnópolis todo está dominado por la tecnología. Se ha impuesto el positivismo filosófico, y el sentido de la vida de los hombres es una cuestión baladí, sin importancia. A nivel oficial, el poder y su lucha por él monopolizan la suerte de preocupaciones del conjunto de la población y de su vida pública. Lo instintivo está controlado a través de uan racionalidad que ha podido hacer realidad el paraíso terrenal que ofrece el progreso material.
No obstante, los hombres se encuentran vacíos, y ese es el dolor que palpita en toda pulsión, que latentemente denuncia esta impostura a la verdadera condición doliente, sufriente, errante, del hombre.
Hay pistas que hacen posible recuperar la humanbidad, y son éstas las que gusta de describir a través de su narración JJ Esparza: el honor, la curiosidad, la angustia vital, la berda, el amor... Son realidades que solo son sofocadas al precio de la ruina moral.

En definitiva, un órdago a quienes sueñan con un mundo perfectamente finalizado, una historia que podría llegar a su fin. Conseguir esto solo se puede al precio de dar la espalda a la vida. Por eso hay un grave problema de esterilidad en esta ciudad.

Estas son mis impresiones. En el vínculo de esta entrada hay una ficha más completa del libro. Éste tiene una segunda parte (y una tercera, que no sé si ya está escrita), que habré de procurar leer...

lunes, 10 de mayo de 2010

El escritor


El título original es The Ghost Writer, el escritor fantasma, un thriller político de Roman Polanski. Ficha de la película.
No la elegí yo, pero bien podría haberlo hecho, porque reúne muchos de los aderezos de las pelis que me apetece ver: intriga, buenos actores, un emplazamiento interesante, misterio...
Después de verla me quedé un poco frío porque abunda en los tópicos antiamerizanos al uso, los cuales no carecen de fundamento en alguno de sus matices pero están demasiado presentes en nuestra coyuntura cultural...
No obstante, en cuanto a la textura de la película, su acualidad como obra filmográfica es bastante notable. Los actores hacen su papel (confieso que Ewan McGregor y Pierce Brosnan están entre mis favoritos), y la trama se desarrolla con paso firme, aunque la acción no es trepidante, la verdad. Se deja ver bastante bien.
Es la segunda película de Polanski que veo, desde El Pianista (esa sí que es buena), y no me ha defraudado.
Es curioso: cuando la veía, me estaba interesando. Cuando terminó me quedé algo frío. Unos días después de verla, me va convenciendo más.

martes, 4 de mayo de 2010

Frustrarse o no hacerlo, esa es la cuestión.

La verdad es que hoy me he dado cuenta que en esta profesión es muy fácil hablar, pero que lo que pedimos a nuestros alumnos en ocasiones habría que saber aplicárselo uno a la propia vida.
Cuento el caso, nada extraño por otro lado. Un alumno del Viejo Rodolfo suele coger rabietas cuando se le obliga a hacer cosas que a él no le gustan, o que no le parecen bien. No es un niño muy enrevesado, y se le ve venir. Suele meter la pata y perder el control, con lo que agrava sus problemas con malas contestaciones, y como alguno de su tamaño esté cerca puede correr peligro.
En resumen, cuando las cosas no salen como él desea, le cuesta horrores sobreponerse.
¿No nos pasa eso muchas veces a los adultos? Hoy he sufrido diversos reveses -nada realmente importante-, y gracias a que me he imaginado como mi alumno, he conseguido sobreponerme. Hay que ser elegante e inteligente. Para ello ser maestro ayuda, porque constantemente uno le está recordando a sus alumnos cómo deberían hacerse las cosas. Aplicarse ese cuento es una buena receta. Para colegas, y para quienes no lo son...