
¿Se hace raro verlos así, juntitos los dos logos?...
¡Ay la cuestión religiosa, o como queramos llamarla! Estamos en los carnavales, y toca mascarada, y más aún tan cerca de las elecciones generales...

Resulta muy curioso a cualquiera que no sea español -nuestra historia es la que es, y también tiene sus miserias- que la pugna mediática de hoy no sea sino entre un partido político y una confesión religiosa. ¿Por qué esta pelea entre supuestos desiguales? ¿Alguno está fuera de lugar? ¿Los contextos son tan permeables?
Creo que es porque las cosmovisiones cuentan, y también porque se está librando una batalla intelectual muy interesante: ¿qué es el hombre? ¿cuál es la fuente de las legitimidades y las identidades? Ahí está la clave.
Y es que el relativismo moral, que es una opción, no puede sino chocar con otras formas de concebir a la persona humana. Que bajo su apariencia de "todo cabe en lo mío, pero tú impones a todos" hay una pretensión universalista, faltaría más.
Me molesta esta crispación, porque rebaja el debate. Y es que contra lo que pudiera parecer, para que haya paz todas las partes deben desearla; si no, una de ellas puede y debe defenderse.
Esta vez te pongo deberes: un artículo de Victoria Llopis. No sé quién es, pero me interesa lo que escribe. (http://www.libertaddigital.com/opiniones/opinion_41742.html)
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