sábado, 22 de marzo de 2008

¿Dónde estás, excelencia?


Se me hace complicado desconectar de mi trabajo. Quizá porque se hace muy necesario mantener la tensión, porque partir de cero cuesta más que mantener más o menos las cosas frescas, ya que la realidad del día a día luego deja muy poco margen de maniobra...

Bueno. Se comenta que la educación en España no está bien, y en verdad es así. Más aún cuando llevamos estancados más de una década: se saben los problemas, pero nada de nada. En mi caso, tras ocho años de trabajo en el sector, las cosas han cambiado poco a mejor.

Creo que la clave es el profesorado, pero hace falta que crezca la calidad del mismo. siento si algún colega se molesta, pero abunda demasiado la autocomplacencia y falta el coraje que hay nos haría falta para revertir la situación.

Claro que los chicos están por civilizar, que los padres hoy tienden a ceder demasiadas cosas, que la sensación es que cosas que teníamos las perdemos; claro que nuestra clase político - legisladora deja muchísimo que desear...

Pero dentro de la clase, fundamentalmente cuenta el arte, la maña y ¡ay! las ganas del docente. Se habla del éxito de Finlandia, pero sí que estaría bien darse cuenta el prestigio del docente en ese país, ganado a pulso por profesionalidad y capacidad de gestión.

Necesitamos los maestros ganarnos lo que nos han ido quitando, y que nadie se ofenda: si nosotros no creemos en lo nuestro...

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