martes, 26 de febrero de 2008

¿Qué hacer con la política?

Ayer estuves escuchando y viendo el debate entre Zapatero y Rajoy.
No me han hecho que me piense a quién votar, pues ya lo tenía claro. No obstante, hay varias reflexiones que podría hacer al respecto:

1. ¡Cuánta enegía desplegamos los seres humanos, seamos o no próceres de la patria, en tachar al que tenemos en frente de sabe Dios cuántas insensateces y mezquindades!

2. ¡Cuánta energía desperdidiada, si en el fondo lo que necesita nuestra España es que estos dos grandes partidos se unan para dejar a un lado tanto cretinismo nacionalista!

3. ¿Los debates y mítines sirven para convencer a los ajenos, o más bien a los propios? Porque supongo que en las altas esferas del poder los cuchillos casi siempre están afilados...

4. No me gusta que tengamos los españoles que elegir listas cerradas de partido. Los candidatos deberían sudar por su escaño, porque a mí me inspiran confianza gente de diferentes partidos.

5. Zapatero, ¿estuvo a la contra? ¿No es él el Presidente del gobierno?

6. Rajoy, ¿en verdad todo es una m...?

Los tiempos difíciles requieren grandeza de espíritu, pero por las dos partes. Seguiremos esperando...

sábado, 23 de febrero de 2008

La vueltecilla del sábado


Cada sábado, esté en Pedroñeras o en Arenales, si el tiempo y las ocupaciones lo permiten, disfruto como un enano. Mi vueltecilla en BTT es casi un ritual: preparar la ropa, limpiar la bici, atarme los cordones, probar los frenos... Y ya tengo el viento en la cara, la posición entre el cielo y la tierra, y los kilómetros pasando. A veces pienso que debería ser obligatorio vivir esto...

Reduccionismos

Los tiempos en los que nos han arrojado al ser, como apuntaría Heidegger, tienen elementos culturales que resultan curiosos. Existen los mitos, aunque quizás tan en el lenguaje de lo vigente que cuesta desentrañar su propio misterio. si es que se logra... Son paradojas que acaso nos creemos porque así se nos hace menos intranquilizador el desafío de la autenticidad y del valor del encuentro con el sentido existencial.

Hoy estoy escribiendo sobre el hecho de que se nos impone -a escala macro- muchas veces una exigencia de rentabilidad económica por encima de casi todo. Si no no se explicaría el olvido de franjas muy amplias de la población mundial... Y este reduccionismo, para el cual se hace al señor mercado como el juez de toda relación -vale más el contrato, vale menos la confianza-, funciona. ¿No hay una ventaja sobre el que parte de situaciones ya ventajosas? Sé que la rentabilidad es necesaria, ¿pero ha de ser el valor supremo?

De otro lado, se no hace presente un reduccionismo científico: solo lo demostrable puede ser verdadero, ¿no es así? Un halo de desconfianza se cierne sobre quienes apelan a otro tipo de razones...

Una de las gandezas de Occidente es haber hallado la ciencia natural como método de exploración y de aplicaciones técnicas. Pero de tanto reducir estamos perdiendo oído para otras dimesiones del corazón del hombre que ahí están. ¿Saben que en una ciudad como Madrid hay más advinadores, brujos y demás "sabios" que sacerdotes católicos en números absolutos? Quizás como dejó escrito el gran Chesterton: "desde que los hombres ya no creen en Dios no es que no crean en nada, es que creen en todo".

Ale, pues, a seguir abriendo puertas. ¿O te conformas con lo que hay?

jueves, 21 de febrero de 2008

¿Money makes the world go round?

Ahora estoy escribiendo sobre la preponderancia de lo económico en nuestras vidas. La tesina sigue adelante...

Me resulta sorprendente comprobar la importancia que el valor de la producción, del consumo, de la distribución de bienes y servicios en nuestras vidas. Y si en ocasiones no nos lo parece, quizás es porque las cosas nos van bien, o acaso estamos ante un funcionario, de los que ya se han amoldado a su sueldo seguro a fin de mes (esto último es una maldad). Sorprendente pero tremendamente real.

Todos los días marcho a trabajar conduciendo –o copilotando, claro- unos 55 km por autovías atestadas de gente, de camionazos llenos de mercancías varias; sí, todo se mueve, hay que vender, comprar, consumir...

Ya sé que es síntoma de progreso, que todo es muy necesario, que si miramos atrás mis familiares no lo tuvieron nada fácil al tratar de ganarse el pan, pero creo que a veces nos pasamos un poco. Llamémoslo economicismo.
Sólo quiero dejar la cuestión abierta, porque hay mucho que pensar sobre el tema. Yo trataré de abrirme paso entre la espesura, porque desconfío de los que pontifican contra el malvado capitalismo, aunque algunas cosas del propio no me gusten nada de nada...

lunes, 18 de febrero de 2008

¿Atrapado en el devenir?


El día de hoy ha sido uno de esos que voy todo el día corriendo y sin saber muy bien si ha tenido mucho o algo de fruto. Es una sensación poco grata: tener presente que los esfuerzos minan a la vez que construyen, pero que lo primero pesa en ocasiones más que lo segundo...

El caso es que hay paradojas como esa que hacen a uno sentir que las pilas que antaño se llenó con utopía y fe necesitan ser renovados, y no de tarde en tarde. Si no se proyectan las amarguras de gastarse y no saberse en el lugar en el que había de estarse...

En fin, compañeros, que hay que saber edificar sobre roca, porque nuestras construcciones son tan débiles como nuestras fuerzas, y que sin quien te arrope y cobije no tienes dónde caerte... vivo o muerto.

En una de esas frases en que me reconozco soñando alguna vez que retorno a la religiosidad incipiente que me descubrió el mundo nuevo al que retorno para saberme yo, recuerdo una frasecilla de esas de estampita cursi: era de un tal Domingo y Sol, pero puedo equivocarme: "No sabemos si somos el gran río que embellece y hace fértiles las veras y ciudades, o si somos la gota de rocío que envía Dios a la sedienta planta del desierto; de lo que estamos seguros es que no estamos destinados a salvarnos nosotros solos". Pues eso, que hace falta ser compañeros, porque compartimos destino, el del mundo y el del hombre. Aunque sea desde nuestro pequeño desierto.

Ojalá y lo terco sea la ilusión.

jueves, 14 de febrero de 2008

MOTIVOS PARA CREER

Lo que da de sí una frasecita de precampaña... La felicitación de Navidad del colegio este año ha ido informada por una sentencia que dice algo así como: “para poder educar y no meramente adiestrar es necesario creer en las posibilidades de futuro de la persona que se acerca al maestro en busca de ayuda”.

Bien. Para generar algo válido y perdurable, algo que no se reduzca a la mera repetición mimética de tareas impersonales, hay que creer.

Llevo un curso menos agobiado que el pasado, pero es verdad que cuando se abre una brecha en la necesaria ilusión que procede de la confianza en el futuro (sí, salvados en esperanza, como dice la Spe Salvi)http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/encyclicals/documents/hf_ben-xvi_enc_20071130_spe-salvi_sp.html, se vienen abajo los logros conseguidos.

Como en la bicicleta, si no se avanza es fácil caerse. Como ese viejo profeta que aun sin seguidores, escépticos ellos, seguía predicando para no perder el valor de su propia identidad.

Hay días para todo, pero el valor supremo de un maestro es la confianza que puede generar su corazón, su lengua y sus manos en los alumnos y en los compañeros de trabajo. Ahí está su hecho diferencial, la magia de su reto cotidiano.

Si tienes alguna relación con lo docente (¡cielos, todos la tenemos, al menos hemos sido escolares!...), me gustaría recordar contigo a esa maestra, a ese maestro, que SÍ creyó en tu futuro. Eso es genial. Tanto que justifica.

¡Arriba los corazones!

lunes, 11 de febrero de 2008

Juno

Estamos en un lugar corriente, en un pueblo cualquiera de los Estados Unidos. Y la gente es normal, nada de bellezones. Quizás así es más fácil fijarse en los personajes, que repiten muchos de los tópicos: el cachas, los ricos, la animadora, las taquillas del instituto, las camionetas...

Las diferencias sociales y económicas no eliminan los problemas, las dudas, las pequeñas grandezas.

La opción del aborto es la primera, pero se salva de un modo genial: los bebés tienen uñas. Como nosotros, ¿quizá porque son personas? Se revela como la opción cobarde: para recibir a un hijo hay que prepararse, asumir responsabilidades, no quedarse sola.

La mamá adoptiva es presentada al principio como una maniática pija, pero su corazón se va revelando como el de una verdadera madre. Y debe superar las dificultades y la incomprensión, pero el valor del amor no queda pervertido nunca.

Es curioso: aunque no sea una historia candorosa, despliega un universo de ternura nada cursi.

Juno es genial: espontánea, ácida, inteligente, y asume como nadie sus decisiones, con sus miedos y problemas. Su cercanía a la realidad real, como la de su padre o su madrastra, es la que le hace pervivir.

Estas y más son las impresiones que me han surgido de esta película. Merece la pena verla.

viernes, 8 de febrero de 2008

The Holiday

La película es de 2006, y está dirigida por Nancy Meyers. Protagonizada por Cameron Díaz, Kate Winslet, Jude Law y Jack Black. No deja de ser una comedia romántica http://www.blogger.com/http://www.labutaca.net/films/47/theholiday.htm//, género de éxito, con pesonajes conocidos, que tratando temas fundamentalmente relacionados con amores y relaciones de pareja, nos sugiere una serie de temas que pueden llevarnos si no a reflexionar demasiado, sí a pasar una buena velada si la ve uno con la persona apropiada:

* Hay que saber dejar las relaciones y personas que no respetan los sentimientos auténticos.
* Las circunstancias personales de la vida influyen mucho, pero no todo está perdido, ni se hace tarde si sabes estar receptivo.
* Es curioso cómo cambiando de lugar las dos protagonistas se encuentran con las personas indicadas. ¡No estaban negadas, era cuestión de estar en el lugar y momento apropiado!
Yo la recomiendo. Se termina bastante reconciliado, y el personaje de Arthur (Eli Wallach), el anciano guinista que a través del cine clásico le demuestra sus posibilidaes a Iris (Kate Winslet), es sencillamente genial.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Metanoia

Hoy es un día más, pero los aconteceres de la vida personal y los del propio calendario indican y exigen que las cosas cambien.
Si no hay cambios y luchas diarias por superar las mediocridades, si uno se deja llevar, lo que va encontrando es dificultades añadidas.
Para vivir con dignidad nuestros propios proyectos hay que avanzar; sin avanzar, es complicado no echarse a perder; y con ello, los que más queremos.

¿Cómo hacer que los esfuerzos tengan su fruto? Quizá tomándoselos en serio. Porque las posibilidades no permanecen para siempre. Piénsalo en estos cuarenta días. Estamos en camino.

domingo, 3 de febrero de 2008

El guardián entre el centeno


La novela de J.D. Salinger, publicada en 1945, ambientada en Nueva York, en plena posguerra, narra las desventuras de Holden Caulfield, un adolescente recién expulsado de su internado. Con un lenguaje muy vivo y directo, aun con la elegancia propia de esos tiempos, cuenta en primera persona el disparatado plan de huida de éste para evitar lo que se le va a caer encima.
Los temas que trata son los siguientes:
* La desorientación, dudas, planes a medio formar de la adolescencia.
* Sus conflictos en la búsqueda de sí mismo y del sentido.
* La crítica a las hipocresías sociales que nos gobiernan.
* El camino autodestructivo propia del que está algo deprimido.
* La crisis en las relaciones familiares.
* Una visión de los internados bastante crítica.
* La desmotivación hacia el esfuerzo y el estudio, sin ahondar en las posibles causas.
* Una bonita relación con su hermana Phoebe, de 10 años, quien atesora un encanto que sirve a Holden para no precipitarse del todo al vacío.
No es que sea la novela de mi vida, pero no ha estado nada mal. Son 263 páginas de fácil lectura, así que si cae en las manos de un lector, puede leerse sin ningún problema. Hay frases curiosas. Quizás para recomendar a quien busca un sentido, para verse reconocido en Holden.

sábado, 2 de febrero de 2008

Tú eres Alemania

Encontré este vídeo en un blog al que suelo acudir con meridiana frecuencia. Es el blog de Anibal Cuevas (está en la lista de enlaces). Es un vídeo promocional del gobierno federal en el que se anima a las familias alemanas a tener más hijos. ¿Cuándo en España tendremos algo parecido? Porque aquí lo de la natalidad...

En fin, gana un minuto y medio de tu vida y échale un vistacillo.

viernes, 1 de febrero de 2008

A vueltas con respetos y libertades

¿Se hace raro verlos así, juntitos los dos logos?...
¡Ay la cuestión religiosa, o como queramos llamarla! Estamos en los carnavales, y toca mascarada, y más aún tan cerca de las elecciones generales...
Me ha llamdo mucho la atención un slogan de precampaña que ahora está utilizando el partido del gobierno: MOTIVOS PARA CREER. ¿Un librito de teología fundamental para estos tiempos de increencia y secularización? ¡Qué va hombre! Es la expresión de un lapsus nada freudiano. Creo que nuestro gobierno, apoyado por un partido político que encabeza la representación de la llamada izquierda política, se halla imbuido, o abducido -palabra de moda- por unas pretensiones un tanto religiosizantes.
Resulta muy curioso a cualquiera que no sea español -nuestra historia es la que es, y también tiene sus miserias- que la pugna mediática de hoy no sea sino entre un partido político y una confesión religiosa. ¿Por qué esta pelea entre supuestos desiguales? ¿Alguno está fuera de lugar? ¿Los contextos son tan permeables?
Creo que es porque las cosmovisiones cuentan, y también porque se está librando una batalla intelectual muy interesante: ¿qué es el hombre? ¿cuál es la fuente de las legitimidades y las identidades? Ahí está la clave.
Y es que el relativismo moral, que es una opción, no puede sino chocar con otras formas de concebir a la persona humana. Que bajo su apariencia de "todo cabe en lo mío, pero tú impones a todos" hay una pretensión universalista, faltaría más.
Me molesta esta crispación, porque rebaja el debate. Y es que contra lo que pudiera parecer, para que haya paz todas las partes deben desearla; si no, una de ellas puede y debe defenderse.
Esta vez te pongo deberes: un artículo de Victoria Llopis. No sé quién es, pero me interesa lo que escribe. (http://www.libertaddigital.com/opiniones/opinion_41742.html)

Permitidme tutearos, imbéciles.



En el boletín de ANPE (número 512, enero-febrero 2008) he podido leer un artículo del ínclito Arturo Pérez Reverte, autor del cual siempre suele intresarme lo que escribe.

Los "imbéciles/as" a los que informa de tal tratamiento son a nuestros/as plenipotenciarios/as y sabios/as gobernantes/as varios/as, los presentes/as y los recientemente pretéritos/as. Y ellos/as son los responsables/as de nuestras amadas leyes educativas.

Vive Dios que merecen todos y cada uno de los atinados epítetos. Maximalistas sí, pero en su exageración está el fulgor de una indignación por tantas oportunidades echadas a perder.

Si se tiene un momento, merece la pena darse una vuelta por el articulito en cuestión.

http://reggio.wordpress.com/2008/01/11/permitidme-tutearos-imbeciles-de-arturo-perez-reverte-en-xl-semanal-23-de-diciembre-de-2007/

Auqne solaza verse representado, ya lo es menos si uno piensa cuál es el estado de la cuestión...