miércoles, 1 de julio de 2009

El día final


Podía titular esta entrada como "el día del gran corte de mangas", pero ha habido quienes me han recordado y manifestado que las cosas no son tan así...

Llevaba tiempo deseando que llegara este momento, porque tenía claro que la etapa de capitanazgo de la nao Sante María estaba cumplida. Eso ayuda a que los últimos días de travesía hayan sido agradables como pocos en las siete travesías que he culminado a bordo.

Me voy con la satisfacción del deber cumplido. Hace ya cuatro años que me ví abocado a rescatar la nave de un peligro inminente de hundimiento. Ha costado mucho, pero se ha calafateado convenientemente, se ha reparado el velamen y se ha aleccionado -aunque siempre a medias- a la tripulación. Así, experimento que es un navío en franco crecimiento. Hoy dejo sus pasillos y he de esquivar tres pizarras digitales a punto de ser instaladas... ¡Para muestra un botón!

Siete años de trabajo -aquí me he hecho maestro- y tres de capianía -no hay máster en enseñanza y dirección de centros mejor- son importantes. Ahora cambiamos de aires, pudiendo echar la vista atrás habiendo dejado las cosas mejor de lo que estaban antes de que llegáramos. Y que conste que hablo en plural, porque solo no he estado NUNCA. Quien está muy cerca de mí sabe que ha sido una labor en equipo. Solo por discrección omito sus insignes nombres.

Supongo que la sección de este blog habrá de cumplirse con otras entradas más evocadoras, acaso líricas. Sea.

No hay comentarios: