Estamos casi todos de luto. Tristemente no todos, pues habrá algún cretino
nacionalista que trate de justificar este vil asesinato del exconcejal Isaías Carrasco.
Otra vez en vísperas de las elecciones generales. ¡Qué asco me da! La naturaleza del escorpión es la que es, y la ETA solo sabe sembrar la muerte y el terror. ¡Qué negra realidad esconde también el alma del ser humano!
Otra vez. Espero que no se reproduzca el dantesco escenario del pasado, aunque no me termino de fiar de nuestra clase política...
Lo que sí creo es que hay una gran mayoría de españoles que estamos hasta las narices del nacionalismo excluyente e insolidario, cuanto más del totalitarismo asesino. DEBEMOS fortalecer nuestras convicciones: juntos somos más, juntos somos mejores. Y sí, unidos, pero para ganarnos un futuro donde la ETA no sea sino un mal recuerdo, un parásito asqueroso que la sociedad española supo DERROTAR, supo arrancar de sí.
El domingo, si Dios quiere, iré a votar. Lo haré con todas mis fuerzas, con corazón y con cabeza, con las ideas claras, y con algunos motivos poderosos para creer en nuestra España, la de todos.
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