viernes, 10 de octubre de 2008

¿El cielo puede esperar?


Acabo de leer un pequeño ensayo, de unas 20 páginas, escrito por Joaquín Menacho, llamado así.Editado en la colección de cuadernos de la editorial Cristianismo y Justicia; fue publicado en mayo 2003. Es fácil de encontrar en la red y ser descargado. Me ha gustado mucho. Su lectura ha sido reconfortante, y creo que proporciona unos puntos muy interesantes:
1. Pensar sobre el cielo es atreverse a reabrir una pregunta fundamental: el destino y el sentido de todo, de todos.
2. Solemos envolver el misterio para poder explicar las cosas, pero sería conveniente aprender a contemplarlo, porque está ahí...
3. No hay que temer un rescate de la mirada que espera mucho de las personas, de la vida, que espera mucho para la vida, para las personas.
4. Sin una meta, es fácil dejar de caminar; si no se camina, no se va a ningún lado.
5. Padecemos una sed virtualmente infinita; somos seres de proyectos, lanzados al futuro. A esto cada cultura le ha dado un nombre (aunque no todas son iguales)...
6. Según es esta aspiración, así es la forma en que construimos el presente. ¿Cómo imaginar un futuro en justicia obviando lo injusto?
7. El Evangelio consiste en que este Cielo ya ha llegado, que solo hace falta descubrirlo y fortalecerlo, contemplar con reverencia sus destellos, regar las semillas, abrir puertas... Vivirlo caminando hacia él. Con profundo respeto y sobrecogimiento (los que están seguros de su utopía terminan tiranizando a quienes son colocados bajo su poder). Presentido, prometido, "ni ojo vió, ni oído oyó, ni el corazón del hombre alcanzó a soñar". Para el creyente, Dios siempre tiene la última palabra.

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