viernes, 6 de febrero de 2009

Viaje a Barcelona (II)

Laudamus Deo!! Habemus Antonium!! (Gaudí...) Dedicaré un post a este gigante del arte... Pero febrero empezó con lluvia y con la certeza de que íbamos a contemplar algo único. No sé si la predisposición marca la posición, pero el caso es que la experiencia ha sido inolvidable -lo merece-. El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona, aun a medias, es algo único. Los elementos de su arquitectura llevados a su gran proyecto: solo un místico puede llevar a tal efecto este esplendor. Sobrecoge como obra global, como suma teológica en piedra, como destello de un genio. Las obras van a buen ritmo, con lo que abrigo la esperanza de verlo terminado; aunque como dijo nuestra guía: ¿qué hubiera pasado si Gaudí hubiera podido llegar hasta nuestros días? Solo pensarlo implica un calfred.

Y es que si el esplendor de la obra construida para Dios es numinosa, la fantasía de la Casa Milá o Pedrera es también rutilante: poesía de la buena en piedra: no hay líneas rectas, pero no se echan en falta. La capacidad para crear, para imaginar, para fundir belleza y ergonomía, es espectacular. Vayan a visitarla, por favor. Tenía que cerrar la boca para las fotos...

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