viernes, 6 de febrero de 2009

Viaje a Barcelona (III)


La epopeya gaudiniana continúa. La verdad es que para quien lea esto bien parece que no hemos hecho otra cosa, pero lo cierto es que me gustaría destacar que es lo que más me ha impresionado. El barrio gótico es bonito, pero no más que otros. La apacibilidad de la ciudad, sus aires de modernidad un tanto cosmopolita, el tono desenfadado, es para reseñar, pero no más que los de Londres o Amsterdam. Las comunicaciones son buenas, comparables a otras grandes ciudades. Pero es que en Barcelona Gaudí dio lo mejor de sí. Y si no, visitando la Casa Batlló, uno lo refrenda. Colores, formas, elementos constructivos, todo llama al encuentro entre comodidad, fantasía y belleza. Y de un modo muy personal, inconfundible. No sé si me gusta más de día o de noche. Aunque los interiores no se quedan atrás...

La Catedral Gótica -magnífico coro-, el Palau de la Musica -acogedor y muy logrado- sirvieron de anticipo a la Basílica de Santa María del Mar. Supongo que el sentimiento de estupor y armonía que supuso entrar en ese templo ha sido uno de los ingredientes del libro La catedral del mar, que espero pronto lanzarme a leer. Pero la impresión de pureza y de espiritualidad es muy intensa.

Barcelona. Prosigue la aventura.

No hay comentarios: