jueves, 16 de abril de 2009

Entre el clasicismo y el pop...

En menos de una semana he asistido a dos conciertazos de música. Muy diferentes entre sí.

El primero, en jueves santo, en Cuenca, con motivo de la 48ª Semana de Música Religiosa de Cuenca. Allí se interpretaron -magistralmente- tres obras de Haydn, el maestro del clasicismo. Decimos música clásica, y el clásico de los clásicos es Haydn. Se interpretaron dos divertimentos para cuerda, intensos y galantes. Pero el grueso del concierto lo compuso el Stabat Mater, a cuatro voces solistas -la contralto y el coro fueron espetaculares-. Una música tensa, elegante y con una textura luminosa.

El segundo, ayer, en Madrid. Un burbujeante recorrido por la música ligera de la segunda mitad del siglo XX, organizada de modo cronológico, por décadas. Luminoso, aunque un poco frío porque había poco público -un miércoles y un tiempo desapacible-. Me llamó mucho la atención que conocía igual o mejor las músicas de hace cuarenta años que la de las últimas décadas...

La música es una expresión artística señera de cada época; pero hay elementos comunes, como es la brillantez de las voces, el aplauso del que disfruta... Música occidental al fin y al cabo.

¡Qué bonito escuchar música en directo!

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