viernes, 1 de mayo de 2009

¿Hay otro sindicalismo posible?



La situación de crisis económica, que es moral, nos lleva a una jornada del Primero de mayo algo más destacada. He estado escuchando en la radio el discurso de los secretarios generales de los dos sindicatos mayoritarios, y me ha dejado preocupado. Sigo escuchando el mismo discurso rancio de una izquierda incapaz de renovarse ideológicamente, anclada en tópicos que parece que sirven y mucho para consolidar la propia parroquia...

Yo, estudiando las encíclicas sociales de Juan Pablo II, leyendo entre líneas la pasión de este hombre por el mundo del trabajo, del sindicato. Todo un obrero de una cantera de la Polonia profunda, que después llegó a Papa, sentía palpitar en el ruido y el sudor de sus compañeros de fatiga lo más sagrado del hombre... Colocaba el derecho a sindicación como un derecho a la altura de la percepción de un salario digno, de la garantía de unas condiciones de trabajo dignas...

¿Y qué tenemos en España? A dos estructuras mayoritarias, adocenadas, viviendo del presupuesto, mirando para otro lado cuando la situación de los millones de parados clama no sé si al cielo, pero muy arriba... Luego hay una pléyade de pequeños sindicatos -como ANPE, al que estoy afiliado-, generalmente sectoriales, a lomos de los cuerpos varios de funcionarios...

No obstante, escuché también a otro sindicalista, de USO. El discurso era diferente. ¿Hay esperanza? Es que necesitamos reformas, y sindicatos comprometidos, libres, creativos...

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