domingo, 23 de agosto de 2009

Las uvas de la ira


STEIBECK, John (1939); novela, 611 páginas, Editorial Cátedra, edición de Juan José Coy, de 2007.

Este drama social narra una historia fundamental en la literatura del siglo XX, tanto porque el contenido refiere una historia cruda, una historia verdadera; pero también porque sabe escribirlo de un modo directo, sin concesiones. El final es arrebatador.
Steinbeck hace una lectura doble: en los capítulos impares, más cortos y más líricos, escribe sobre lo que sucedió a todos aquellos hombres que pagaron en sus carnes la depauperación que trajo consigo la crisis de los años 30; en los pares, narra la historia de los Joad, una familia cualquiera de agricultores de Oklahoma, quienes se ven desposeídos de su tierra, de su vida.

Una historia de emigración y de descomposición de un universo cultural, un rostro descarnado de un constante desengaño, pues California no es esa tierra que "mana leche y miel" -abuso del epíteto bíblico porque hay un trasfondo bíblico muy profundo-, sino un territorio tan inhóspito como esa Oklahoma llena de polvo y sin futuro alguno posible.

Escogí este libro porque narra una historia en la que la crisis económica empuja a las personas a buscar salidas desesperadas, empujadas por sus carencias, por las ausencia de protección y previsión social. Una historia de emigración y de hambre, donde el sistema da la espalda al hombre, donde la solidaridad brilla por su ausencia y la injusticia ante los trabajadores - personas es el pan de cada día.

He tardado seis meses en leerlo, pero lo recomiendo para quienes deseen empaparse de humanidad con una historia dura y llena de sensibilidad social. ¡Cómo no admirarse del coraje de la señora Joad! ¡Cómo no maldecir la injusticia y la opresión! ¡Cómo no escandalizarse ante las miles de familias que sufren esto mismo en nuestras fechas!

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