sábado, 12 de diciembre de 2009

¿En qué quedamos?


Mucha atención:
El derecho a la vida es el Derecho Supremo, como lo ha calificado el Comité de Derechos Humanos, porque sin su garantía efectiva todos los demás derechos carecen de significado y de razón de ser. Algo que parece obvio a ojos de todos pero que si lo fuera de verdad no nos empujaría hoy y mañana a reclamar de los poderes públicos de todo el mundo que sean plenamente consecuentes con el carácter inviolable, incondicionado de la vida humana y con el derecho a no ser sometido a penas crueles, inhumanas y degradantes.”

¿Esto lo ha escrito Monseñor Martínez Camino, el portavoz de la Conferencia Episcopal Española al criticar la huida hacia delante proabortista del Parlamento de España?
Frío, frío...

Lo ha dicho el señor Rodríguez Zapatero, a la sazón Presidente del Gobierno del Reino de España, en su intervención durante la inauguración del Coloquio Internacional sobre la abolición de la pena de muerte, el pasado 9 de diciembre de 2009.

No entiendo nada. ¿Acaso no es una pena de muerte legalizada como derecho la práctica libre del aborto de niños no nacidos? ¿No es dar a unas poder sobre la vida de otros, que además son los seres humanos más indefensos e inocentes?
¡Menudo líder! Ese lenguaje pretencioso vaciado de contenido es terrible: manipulador, cursi, mentiroso...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, no salgo de mi asombro desde que leí, la entrada. Yo, como acostumbro, o por lo menos lo intento, extraigo una conclusión; el Sr. Rodríguez Zapatero nos toma por imbéciles...
P.D: espero que la enorme indignación que tengo no me ocasione ningún tipo de hernia

Javi.