
¿De qué se trata? Pues de uno de los más fuertes aliados de eso que se llama ahora dictadura del relativismo, del gran poder que se concede a la emoción y los sentimientos.
Son las emociones que alguien experimenta las que ponderan el valor de cada realidad. Esto tiene consecuencias muy variadas, porque si las emociones varían, algo que es tremendamente frecuente porque de suyo son volubles, ha de cambiar el valor que le damos a la realidad y la tendencia que debe marcar nuestra vida... Cuántas familias se rompen por esta mentecata idea... Cuántos proyectos vitales no pueden consolidarse por no edificar más que sobre la arena de las emociones...
Creo que las emociones son importantes, faltaría más... ¿Pero no es el hombre más que un guiñapo caótico de emociones esquivas?
¿Quién es el valiente que se mete en según que aventuras si se afana solo en sentirse bien consigo mismo? No me convence esta idea, la verdad...
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