miércoles, 21 de julio de 2010

Cinco horas con Mario


DELIBES, Miguel, Cinco horas con Mario, Austral, Madrid, 2009.

Se trata de una edición crítica, pues cuenta con una extensa introducción (Antonio Vilanova) y una guía de lectura (Enrique Turpin) que ayudan a situar la narración y el valor de la curiosa novela.

Supongo que será conocida por muchos, pero explico de lo que va. Se trata fundamentalmente de un monólogo, en el que la viuda Carmen Sotillo habla con su marido Mario Díez Collado, que ha fallecido repentinamente. Dicho soliloquio está brevemente enmarcado por dos pasajes en los que se describen los rituales del duelo y demás ritos funerarios.

La clave de todo el relato es esta forma peculiar de hablar de la viuda, quien a través de su forma de ver el mundo, la de una señora bien de los sesenta del siglo XX, va echando en cara a su difunto marido todas las cosas que no le ha dicho en vida. Su ensimismamiento, su clasismo, su pesimismo, sus represiones, su maniqueísmo, presiden su discurso, entre pesimista, resentido y reprimido. Supongo que sonaría a sorna en su época, pues a través de su descripción no busca la destrucción de este personaje, sino que su patetismo lo vuelve incluso enternecedor... El propio hijo de la viuda, en el capítulo final, ofrece esa línea de interpretación.

Esta obra lleva consigo muchos temas, tales como la incomunicación en el matrimonio, la crítica social, el enfrentamiento entre las dos Españas, el idealismo y su incomprensión, el férreo control social como barrera a los sentimientos y proyectos personales de vida, la autorepresión sexual que genera frustraciones y obsesiones... La difícil España del siglo XX.

El lenguaje de Delibes es castizo, sencillo, pero inmensamente correcto, pulcro y preciso. Su mirada es fina, elegante, no se alegra de la injusticia, pero dibuja personajes profundamente humanos. He leído algunas cosas más de él (El hereje, El camino, El príncipe destronado), y me interesa. Es un gran maestro.

1 comentario:

mapasyfaros dijo...

Buen libro, buen escritor.
No es mi preferido, pero es bueno: ¡pedazo de soliloquio!
Me encanta Delibes, y el libro que más he disfrutado ha sido El hereje(lo leí en una época en la que estaba muy sensible, y me llegó).
¡Saludos, Pedro!
Laura.