viernes, 9 de julio de 2010

Un sepulcro en el cielo


HORIA, Vintila, Un sepulcro en el cielo, Criteria club de lectores, Madrid, 2009; novela, 334 páginas.

Las lecturas de verano se suceden, y permiten abordar libros más complejos, los que quieren aportar algo aparte de entretener. Este lo comencé a principios de junio, pero ha sido en esta última semana cuando he podido realizar progresos en su lectura, los suficientes como para verme atrapado en el semblante que traza el escritor sobre Doménikos Theotokópoulos, más conocido como El Greco.


El lib
ro tiene mucho de biografía, pero se centra sobre todo en el trasfondo que lleva al pintor a modo de realizar su obra. Lo hace centrándose tanto en su vida en Italia como en su época toledana, donde el pintor encontró su madurez y su plenitud artística. Los capítulos de la obra son, aparte del inicial con el que se plantean más elementos biográficos, los análisis de cuatro obras maestras: El Expolio de Cristo, El Martirio de san Mauricio , El Entierro del Señor de Orgaz y La Apertura del Quinto Sello (los que están aquí expuestos).

La verdad es que este pintor es tan fascinante como inquietante. Según Horia, tras cada pincelada, aparte de su genio personal, hay una forma de entender la realidad y cada motivo, por pequeño que sea, responde a una intención del autor, escribiendo en forma de clave a través de sus colores y de sus esquemas.

Sus cuadros muestran un mundo onírico, mitad real mitad fantasmagórico. Las figuras alargadas muestran acaso el palpitar del espíritu en el interior de sus cuerpos -se plantea con claridad su inspiración platónica nada proclive a los esquemas al uso del Renacimiento y su vocación de imitación de la naturaleza e inspiración en el arte clásico-, el impulso sobrenatural que mueve a quienes quedan reflejados y que busca conmover a quienes lo contemplan.

La lectura me ha recordado bastante a las obras de Pérez-Reverte sobre Alatriste, pero solo porque gusta de hacer aparecer a personajes históricos y reflejar la época del intento imperial de España, cuyo drama y cuya inspiración parece El Greco querer exponer a través de sus obras.

Como muy pronto tengo previsto un viaje a Toledo, haber leído este libro hará que pasear por sus calles sea más fascinante aún. A pesar de la canícula...

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