viernes, 1 de febrero de 2008

A vueltas con respetos y libertades

¿Se hace raro verlos así, juntitos los dos logos?...
¡Ay la cuestión religiosa, o como queramos llamarla! Estamos en los carnavales, y toca mascarada, y más aún tan cerca de las elecciones generales...
Me ha llamdo mucho la atención un slogan de precampaña que ahora está utilizando el partido del gobierno: MOTIVOS PARA CREER. ¿Un librito de teología fundamental para estos tiempos de increencia y secularización? ¡Qué va hombre! Es la expresión de un lapsus nada freudiano. Creo que nuestro gobierno, apoyado por un partido político que encabeza la representación de la llamada izquierda política, se halla imbuido, o abducido -palabra de moda- por unas pretensiones un tanto religiosizantes.
Resulta muy curioso a cualquiera que no sea español -nuestra historia es la que es, y también tiene sus miserias- que la pugna mediática de hoy no sea sino entre un partido político y una confesión religiosa. ¿Por qué esta pelea entre supuestos desiguales? ¿Alguno está fuera de lugar? ¿Los contextos son tan permeables?
Creo que es porque las cosmovisiones cuentan, y también porque se está librando una batalla intelectual muy interesante: ¿qué es el hombre? ¿cuál es la fuente de las legitimidades y las identidades? Ahí está la clave.
Y es que el relativismo moral, que es una opción, no puede sino chocar con otras formas de concebir a la persona humana. Que bajo su apariencia de "todo cabe en lo mío, pero tú impones a todos" hay una pretensión universalista, faltaría más.
Me molesta esta crispación, porque rebaja el debate. Y es que contra lo que pudiera parecer, para que haya paz todas las partes deben desearla; si no, una de ellas puede y debe defenderse.
Esta vez te pongo deberes: un artículo de Victoria Llopis. No sé quién es, pero me interesa lo que escribe. (http://www.libertaddigital.com/opiniones/opinion_41742.html)

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