El pasado sábado 24 de mayo Tontxu estuvo en Ibi. Fuimos a ver qué tal. El concierto estaba impulsado por una asociación ibense de discapacitados y enfermedades raras. Esto daba el marco perfecto para una experiencia que para mí era inédita: cada canción traducida simultáneamente al lenguaje de signos por parte de una especialista: Ebeling.
Éramos pocos: ya se sabe lo que tiraba el concurso de Frikivisión...
El concierto fue corto, apenas una hora y cuarto; eso nos dejó un poco a medias. Aunque creo que la presencia de la traductora implicaba un plan premeditado.
Tontxu fue más o menos el de siempre, el de las otras dos veces en que lo he visto, en Madrid y en Alicante.
Cantó muchas de sus clásicas canciones, y nos sentimos bien: la virtud de la música de este cantautor es la de ser muy directa. Él nos hace llegar su forma de ver el mundo a través de sus canciones, y a través de la música el diálogo es de corazón a corazón.
Nos avanzó alguna de las canciones de su próximo disco.
Como muchas veces pienso, se trata de música para una inmensa minoría.
Quien ama ha conocido a Dios, porque Dios es Amor
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La conversión está orientada a la práctica del mandamiento del amor.. es
particularmente oportuno poner de relieve la virtud teologal de la caridad,
s...
Hace 16 horas
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