miércoles, 31 de diciembre de 2008

El valor de lo importante


Hay fechas en las que uno va quedando marcado. Más aún cuando lo ve de cerca. Aunque no sea en primera persona, esta Nochevieja ya será siempre el día en que pude ver el segundo hijo de unos buenos amigos, el día en que les dí el pésame a la madre por la muerte de su abuela. Vida y muerte conviviendo en el mismo segundo, en el mismo pasillo de hospital.

Quedo estemecido por la pequeñez y la incertidumbre que supone habitar en el terreno de los vivos, y al tiempo que celebro la fortaleza de una madre y de unos hijos encomendándose a lo divino y a lo humano para dar por buenos también los reveses que la vida tiene que ir dando, me pregunto hasta qué punto se pasa de puntillas por éstas, las cosas más grandes que experimentamos y experimentaremos.

Todo lo demás tiende a la vanidad, al endiosamiento, al silencio sobre lo esencial. Cuida lo que en verdad te redime y te salva; lo demás da igual. De verdad.

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