Laudamus Deo!! Habemus Antonium!! (Gaudí...) Dedicaré un post a este gigante del arte... Pero febrero empezó con lluvia y con la certeza de que íbamos a contemplar algo único. No sé si la predisposición marca la posición, pero el caso es que la experiencia ha sido inolvidable -lo merece-. El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona, aun a medias, es algo único. Los elementos de su arquitectura llevados a su gran proyecto: solo un místico puede llevar a tal efecto este esplendor. Sobrecoge como obra global, como suma teológica en piedra, como destello de un genio. Las obras van a buen ritmo, con lo que abrigo la esperanza de verlo terminado; aunque com
o dijo nuestra guía: ¿qué hubiera pasado si Gaudí hubiera podido llegar hasta nuestros días? Solo pensarlo implica un calfred.Y es que si el esplendor de la obra construida para Dios es numinosa, la fantasía de la Casa Milá o Pedrera es también rutilante: poesía de la buena en piedra: no hay líneas rectas, pero no se echan en falta. La capacidad para crear, para imaginar, para fundir belleza y ergonomía, es espectacular. Vayan a visitarla, por favor. Tenía que cerrar la boca para las fotos...

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