martes, 8 de septiembre de 2009

Puño en alto

El pasado fin de semana los dirigentes del PSOE y de la UGT celebraron un mitin en Rodiezmo (León) que terminó con el tradicional canto de la Internacional. Esto me ha sugerido un par de consideraciones:

1. ¿Por qué se sigue presentando una ideología que se ha mostrado profundamente inhumana -ver historia del siglo XX- con los ropajes que la llevaron a una legitimación que le llevó a componer una serie de sistemas políticos totalitarios, profundamente opresores para quienes supuestamente deseaba liberar? Es que es como si hoy se presentara un partido fascista con algún canto paramilitar con el brazo estirado cual legionario romano... Ya se sabe que la supuesta superioridad moral de las izquierdas lo justifica todo, pero es que yo no termino de creérmelo...

2. Leyendo el texto "español" de la Internacional (ver), el que entona nuestro presidente del gobierno, aparece la consabida lucha de clases como motor del cambio social. Los obreros han de conquistar su libertad a través de la revolución y contra el llamado patrono, o burgués, y contra toda tradición que supuestamente bendice esta opresión. Sobre esto me gustaría aportar que se trata de una forma de hacer profundamente equivocada. Leyendo Laborem Exercens o Centesimus Annus, textos escritos por un trabajador que llegó muy lejos en el conocimiento del hombre y en el ensalzamiento de su dignidad, uno entiende que si bien toda lucha por la justicia social tiene un valor impagable, no vale que se busque el interés de una parte que suplanta en bien común y aspira a destruir lo que se opone. La lucha de clases en el sentido del comunismo y el socialismo tiene en la raíz el desprecio de la persona. Y quien se siente investido de este tipo de visiones de la sociedad no está lejos de ser un totalitario.

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