lunes, 30 de noviembre de 2009

El nombre de la rosa


Largometraje alemán dirigido en 1986 por Jean-Jaques Annaud, adaptación de la novela homónima de Umberto Eco. FICHA.
El otro día, mitad por practicar inglés y mitad por evocar unos días felices, me compré el DVD de la película, y en poco tiempo saqué un par de horitas para ver -rever- esta película, llena de elementos para comentar y para dar pie a una intensa conversación.

Lo más impresionante de ésta es cómo hace realidad el tópico de la Edad Media como una época oscura, tenebrosa, irracional. La caracterización de los personajes es fantástica, y la elección de los lugares ha hecho de esta película un clásico.
La trama también es muy intensa, con giros argumentales, con sorpresas, con sustos, con un trasfondo político, filosófico y teológico muy interesante.
Cierto que la visión sobre las creencias religiosas está bastante cerca de lo que hace Amenábar con su Ágora, y así el fanatismo es más que un sucedáneo de una fe poderosa y que da seguridad. Los clérigos no salen nada bien parados, y quizá parece que hayan de ser así para poder ser interesantes...
La pléyade de antagonistas hacen de Guillermo de Baskerville -Sean Connery en estado puro- un héroe lleno de oquedades y de contradicciones que animan su prudencia e ingenio.

Me gusta también recordar este libro como uno de los primeros que leí como lector adulto: recuerdo esa semana santa en la que no podía despegarme del libro, mientras giraba una y otra vez el casete de polifonía renacentista -Di Lasso, Palestrina, Victoria-. Después me di cuenta que del XIV al XVI iban lo menos 200 años, pero ambientaba... Por ello para mí esta historia siempre encerrará un encanto especial. Además, me encanta aún más porque a unos kilómetros de distancia a MJ le estaba pasando lo mismo... Sin conocernos, ya estábamos compartiendo momentos intensos... ¡Qué bien!
Ahí va un vídeo, para ambientar...

No es difícil de conseguir; además, buscando en Google por vídeos, sale íntegra. Son dos horitas...

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