jueves, 25 de diciembre de 2008

Requiem por los que van a morir


Dirigida por Mike Hodges en 1987. Esta película británica (ficha de la película) narra una historia de terroristas irlandeses. De modo sintético, expone una historia dura en la que Martin Fallon -interpretado por Mickey Rourke-, miembro del IRA, necesita salir de esa vida de crimen, escondrijos y mentiras. Pero la salida no es fácil; en el último crimen hay un testigo, un sacerdote católico -interpretado por Bob Hoskins-. Ahí comienza una relación interesante, porque el personaje del sacerdote tiene muchos claroscuros que le hacen más cercano a Fallon de lo que pudiera parecer.

El coro de personajes secundarios presenta la brutalidad y el absurdo del movimiento terrorista -la secuencia inicial el memorable para esto-, que hace viles todas las acciones y echa a perder lo que pudiera haber de bueno en las personas...

El hartazgo, la náusea de Fallon estremece su conciencia, y en ella hay un último reducto de bondad, la que hace que sea capaz de ir construyendo un retorno a su propia dignidad. Ese es el quid de la película: un retorno hacia lo humano. Pero no le es nada fácil. La figura del sacerdote católico aquí es clave, ya desde su aparición. Hasta el final.

Los personajes siniestros, todos ellos relacionados de algún modo con el movimiento terrorista, contrastan con la sobrina ciega del sacerdote, y la ensalzan como figura redentora, pura bondad e inocencia.

La película es dura. Lo que narra lo es. Como ha dicho un comentarista -la he visto en Popular Televisión-, quizás en Navidad se espera otro tipo de historia, candoroso y endulzado; pero la salvación de las personas la gran parte de las veces ha de vencer el dolor y hacer posible una salida de su infierno. Supongo que eso está más cerca del significado de la Navidad que el arrobo de lucecitas y langostinos... y SMS a tutiplén. Os la recomiendo, aunque no será muy fácil de encontrarla, salvo en EMULE...

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