sábado, 7 de noviembre de 2009

De cursillos (y II)


Ayer terminamos los cursillos, y toca certificar un balance. Aparte de los intentos de hacer estos cinco días lo más gratos que fuera posible sin desnaturalizar los contenidos, ha supuesto un aldabonazo de salida para la ratificación de un compromiso lleno de futuro.

Como decíamos ayer en el turno de palabra que trataba de rubricar el curso, en parte se ha tratado de encontrar nuevas sensaciones de que estamos haciendo lo mejor, y por otro lado una forma de pararse a pensar en los asuntos esenciales.

Cuántas veces tomamos decisiones apresuradas porque no hemos tenido tiempo para discernir qué hacer... Arriesgando mucho el desastre. Esta vez estamos ratificando un compromiso que ya tiene todas las notas esenciales de un matrimonio, y reconocerse en él es muy gozoso. Hay que compensar de algún modo las faltas de esperanza que tanto abundan...

Por otro lado, ha supuesto encontrar que a pesar de lo que parece son legión los que siguen manteniendo el valor y el amor, que hay mucha gente maja que sigue en la brecha y permanece fiel a una promesa, y que no son tres o cuatro los que están deseando encontrar momentos y lugares en los que dar rienda suelta a todo el amor y el valor que llevan dentro de sí, y que han encontrado un complemento a su vivir.

Ha sido una experiencia que ayuda a crecer y a tomar impulso.

No hay comentarios: