lunes, 6 de septiembre de 2010

Volver a empezar


No, todavía no he visto la película de Garci (aunque me gustaría, claro). Es que hace poco hemos cruzado el rubicón del 2010 - 2011, y como cuando se dan estos pasos hay que llegar, ver y vencer, pues allá vamos.

Lo que pasa es que César lo hizo respadado por las legiones de Roma, y aquí uno no goza del favor de tales primos de zumosol... También es verdad que el romano pudo quedarse en la Península Itálica, y que yo me ciño a lo que manda el calendario que dicta la Dirección General de Personal...

Bueno, el caso es que ya estamos metidos en harina. Y como eso es una suerte, hay que aplicar la sabiduría que da la experiencia, o lo que es lo mismo: ser inteligente.

Como parece que las cuestiones pendientes del curso anterior -y del anterior, y del anterior del anterior...- solo han sido adormecidas al albur del verano, y que no hay toda la voluntad del mundo para reconducirlas, toca navegar en medio de la tormenta, y rentabilizar esfuerzos y experiencias que están por venir. Que ya han comenzado.

Hoy iré por el camino de la reducción al absurdo de aquello que si es señalado y escrito, es desenmascarado y puede perder su aparente fascinación. Así, no vale la pena:

* Perderse en aquellas ocasiones de crítica destructiva.
* Ensañarse en conflictos personales encubiertos en diferencias de criterio profesional.
* Pensar que todos tienen que estar de acuerdo conmigo o que es muy interesante todo lo que hay que decirles.
* Olvidar que lo bueno no es noticia, y que sobreabunda si se sabe mirar para ver.
* Dejar pasar las ocasiones de sumar y de aportar.
(Se aceptan sugerencias de ocasiones fútiles)

No han llegado todavía los alumnos, así que todo esto para llevar lo mejor posible las tareas de organización y adecuación de los recursos para ellos.

Mi cole me gusta, y hay gente muy hábil. Aunque hace falta dejar de perder el tiempo en cosas que no valen la pena. En ello estamos.

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